miércoles, 2 de mayo de 2007

Mediterráneo

Naturaleza en forma pura. Cuatro días lejos de la ciudad. Cuatro días sin televisión, sin periódicos, sin apenas comunicación telefónica. Ese ha sido mi puente de Primero de Mayo. Una descarga de tensiones y una recarga de energía. Allí, en Cabo de Gata, frente al azul Mediterráneo. Buena compañía, buenas conversaciones, buena comida... He encontrado rincones espectaculares, como el de la foto, en el que pararme a reflexionar y lo he hecho. Y he descubierto cosas y me he sentido crecer. En un bar de Rodalquilar encontré un libro mágico. Se titula Calas y es de Jeanne Chevalier. Lo primero que me llamó la atención fueron las fotografías, pues de eso va el libro. Lo segundo, los textos que las acompañaban. Son poemas de uno de los poetas que más han marcado mi existencia: José Ángel Valente. Os dejo uno:

Tejí la oscura guirnalda de las letras: hice
una puerta: para poder cerrar y abrir,
como pupila o párpado, los mundos.








1 comentario:

Ulysse dijo...

Coincido!

Un libro impresionante. Una vez me propuse vivir cada una de esas imagenes, fondear en cada uno de esoslugares.
Luego descubri que el lugar solo no basta, hay que combinar lugar-momento. Y eso me mino la moral.
Sin Embargo, mas tarde he visto otras obra parecidas, en otros mares, osea que la posibilidades sew vuelven inabastables para una sola vida.
Asi que sigo la estela, de cala a embarcador.
Y mi viaje nunca acaba...