sábado, 30 de junio de 2007

Timón








Los instrumentos de navegación preparados, la mar salvaje e imprevisible esperando ser trazada en rutas, el pulso de timonel atemperado... Es hora de partir del viejo puerto en busca de otros más allá de lo imaginado. Atrás quedarán los viejos sonidos, los viejos olores, las viejas actitudes, palabras gastadas, gestos raidos por el uso, esa extraña mirada aprisionada. Los ojos del alma brillan ahora como faros en mitad de la noche. Amanece. Es hora de partir, limpio de corazón, hacia el resto de los días. Y la nave va...

2 comentarios:

Irene dijo...

Me apunto a recorrer mundo aborde de un velero. Decir adios con la boca llena de palabras a esta ciudad vieja y amante del ruido y marchar también limpia de corazón como tú, para ensuciarlo de tierra, agua y sueños embotellados al borde de una isla.

Un abrazo viajero

amandine dijo...

y la nave va...

...y ya no a la deriva...

un beso desde la proa de tus gestos.
un sueño de babor a estribor.