sábado, 28 de abril de 2007

Adiós ciudad

Me marcho. Abandono unos días esta ciudad que me tiene como cautivo. Me voy a disfrutar de la naturaleza, a ver amaneceres estremecedores y la fuerza o la sensualidad del mar, de otro mar que no es el mismo que veo todas las mañanas. Cabo de Gata es mi destino. Cuatro días para olvidarme de la rutina cotidiana.
Aquí dejo una reflexión en prosa-poetíca sobre las ciudades que escribí, dentro de una serie, hace algunos meses:

Baja una colilla en paralelo a la acera flotando sobre las aguas que no nos pertenecen. Baja libre desde la boca carmín que aún nadie ha navegado. Hay una mueca triste escondida en el aire y un rumor de bocinas apaga el lento chapoteo. El perfil de la esquina se camufla, derrotado, entre unos senos huérfanos de caricias que apenas si pueden contener la blusa azul recién comprada. Unos ojos miran. Un deseo mira mientras llueve. Un cálido fluido recorre los muslos hasta el suelo. Los ríos se confunden hasta perderse en la oscura llamada de una vieja alcantarilla que, voraz, atrapa cuanto sucede. Todas las historias sucias tienen como destino ser nada debajo de los adoquines.

Palabras sin artificios

No volverá a ocurrir. Creo que en mi última entrada me puse demasiado academicista cuando lo que debía haber hecho es mostraros los poemas de Brossa sin más artilugios. A veces nos empeñamos en adornar en exceso lo que es la esencia y terminamos por ocultarla. Los compañeros de un viaje que emprendí hace unos meses ya lo saben. Por eso, prometo solemnemente desnudar las palabras hasta dejarlas en lo que de valor tienen. Al fin y al cabo este es un blogg de palabras y con ellas basta.

viernes, 27 de abril de 2007

La piedra abierta

Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998) es uno de los grandes poetas catalanes de la segunda mitad del siglo XX. A lo largo de su extensa obra, el autor nos ha dejado trabajos memorables, destacando fundamentalmente sus poemas cotidianos y sus poemas visuales. Afirma Pere Gimferrer que "parece una paradoja que un poeta vanguardista radical, heredero del surrealismo, centre su obra, por una parte, en la reelaboración de las modalidades estróficas clásicas y, por otra, en la recuperación del habla y de las formas de vida de los menesterales, opuestos en todo a la moral de la revolución surrealista o del marxismo. Brossa está quizá solo en esto; pero quizá sólo en Cataluña la derrota republicana en la guerra española significó en tal grado la aniquilación de unas formas de vida que, a los ojos del poeta, se convirtieron en emblemas de la autenticidad perdida y la libertad inmolada". Manuel Guerrero, autor de la edición de la antología poética que publica Galaxia Gutenberg bajo el título La piedra abierta, afirma: "Toda la obra de Brossa, aún en parte inédita, se erige como un maravilloso y transgresor canto a la libertad y a la fraternidad humana, desde la lucidez de una posición crítica contra el poder establecido y solidaria con las clases y las culturas desfavorecidas, más cerca de ideologías libertarias y heterodoxas que del marxismo ortodoxo". Su ingente obra no cabría en este espacio, pero sí unas pequeñas pinceladas:

Mi universo es el poema.
No me gusta imitar a la naturaleza
a la manera de los fotógrafos. Necesito
hacer surgir la vida misma.
Y acaba el poema con una
estrofa que no es sino
una palabra:
el Universo.

....................
Este poema es una
huella de mi paso.

....................
Mediante el uso de veintiséis letras
diferentes ha podido escribir este libro
que ora refleja la realidad, ora
mi espíritu en libertad y en el que
la primera palabra conduce a la última.

....................
Después de escribir el poema
los límites de la hoja ya no están
donde fue cortado el papel.

....................
Si me habéis visto volar, aquí os dejo un trozo de cola.

miércoles, 25 de abril de 2007

Luz tras la oscuridad



La tormenta dejó su rastro de charcos, de días taciturnos, de huidas en busca de refugio, de miradas lánguidas hacia un horizonte que no se adivinaba. Dejó una cicatriz en el alma durante años, una cicatriz que sangraba, que dolía a cada instante. Imperceptible a veces. Siempre presente. Había días en que la negrura era tal que no lograba ver más allá de mi propio miedo cobijado en el centro de mí mismo. Y fui menguando hasta convertirme en una sombra que deambulaba por una ciudad que me agredía a cada paso. Perdido caminaba por la vida, sin más rumbo que el que marcaba mi propia desidia cuando, un día, emergió desde la nada absoluta un rayo de luz que se fue convirtiendo poco a poco en arco iris. Ahora lo miro con unos ojos nuevos, con una nueva mirada y se que miro la vida. Cada uno de mis pasos entierra uno de aquellos días, diluye el barro, presagia un futuro. La luz ha estallado en forma de colores que desatan cada una de esas cuerdas que ahogaban a mis horas. Aquí está toda la magia de la vida, en este instante en que me alzo gigantesco y saludo sentado al borde de la línea de horizonte mientras contemplo, más allá, el próximo y jubiloso segundo.

martes, 24 de abril de 2007

Al principio fue la tierra

Al principio fue la tierra. De ella surgió, de pronto, un brote en forma de palabra y ahora ha llegado el momento de ver crecer un árbol de frases, de ideas, de sueños, de percepciones, de ayudas, de pensamientos, de sentimientos... Espero que estés aquí cuando quieras o lo necesites, compartiendo conmigo esta Tierra de palabras. Entra, pisa fuerte, camina conmigo por ella.